Y así fue como empezó mi andadura en el amor, lo peor es que pasa el tiempo y no he mejorao mucho. Sigo siendo aquel niño flacucho. Lo que si es verdad es que no he vuelto a besar ni lo no volveré a hacer jamás con los ojos cerrados, eso es sólo para enamorados, que pasan la vida en Babía.
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