Las
chicas son como las
manzanas de un árbol, las mejores
están en lo más alto. Los chicos no quieren coger
las más altas porque temen caerse y hacerse daño. En
vez de eso, ellos simplemente cogen las manzanas caídas del
suelo, que no son tan buenas, pero son más fáciles. De esta forma, las
manzanas de la copa piensan que algo no funciona con ellas, cuando
en realidad son asombrosas. Ellas sólo tienen que
esperar a que llegue el chico adecuado,
el que sea lo suficientemente
valiente
para subir
todo el
camino
hasta
la cima.
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